miércoles, 5 de septiembre de 2007

El Punto y Final del 45 [Historia]

Conforme los ejércitos aliados iban cerrando el paso cruzando los ríos Elba y Rin y la zona transalpina del norte de Italia, las escasas opciones de victoria alemana se iban disipando, y con ella la escapada de los grandes responsables nazis. Algunos como Mengele o Altmann pudieron huir a Sudamérica y pasar a ser conocidos como " Miguel" o "Vicente", otros como Goebbels o el gran Adolfo prefirieron hacerse desaparecer antes de que lo hicieran otros, y a unos últimos no les dio tiempo ni a cambiar de lugar ni a borrarser del mapa y fueron capturados.

La necesidad de juzgar y sancionar a los responsables y dirigentes del partido nacionalista alemán dio lugar a una serie de procesos que se conocerían como los Juicios de Nuremberg, y en los cuales se decidió el destino de los cabecillas capturados. El proceso tenía en principio lugar en la ciudad de Berlín, por eso de ser la capital, pero la ciudad había sido destruida por los bombardeos estadounidenses y las guerras con los soviéticos y no quedaba en pie ninguna construcción que cumpliese los requisitos de un juicio de tal magnitud. Nuremberg era una de las pocas ciudades que se salvó de los ataques masivos y ofrecía palacios capaces de albergar un proceso tan complejo.

De las muchas peticiones de procesamiento (3000 más o menos), la lista quedo reducida a tan sólo veintidós hombres a los cuales se les acusaba de cargos tan horribles y feos como crímenes contra la humanidad (Por eso de exterminar a casi 6 millones de personas ), crímenes contra la paz (Por lo de asesinar gente), Genocidio ( los exterminios en grupos ) ,
y conspiración (más leña al fuego).

Para el juicio cada país aliado ( USA, Francia, Gran Bretaña y la URSS) presento un juez, siendo el tribunal presidido por el titular americano, Lawrence. Con los veintidós invitados (con Hermann Goring y Rudolf Hess como los de honor ) y los jueces, el espectáculo estaba servido.

Los juicios empezaron el veinte de noviembre de 1945, con Hess y Goring haciendo de grandes cabezas de turco. Los juicios se sucedieron con las incidencias de la falta de cordura que se esforzaba en mostrar Hess, el cual no paro de esbozar un sonrisa de oreja a oreja durante todo el proceso. Goring por su parte, no paró de recriminarles a los otros prisioneros juzgados su cobardía a la hora de afrontar los hechos y sus insistencias en que toda la culpa la tenía Hitler. Los juicios se convirtieron en una exhibición esperpéntica y grotesca que tenía como invitado especial a Goring. Los prisioneros nazis intentaron por todos los medios evitar todo castigo inminente. Se echaban las culpas unos a otros, imploraban perdón, algunos se eximían de toda culpa diciendo que ellos sólo acataban órdenes, otros clamaban el poder divino de Dios, y entre ellos Hess que decía tener amnesia y no recordar nada. Sólo Goring guardó la compostura y se mantuvo firme en su apoyo a Hitler y en la aceptación de los cargos contra él. Todo esto con una pelele defensa la cual no podía hacer practicamente nada ante la claridad de los sucedido. El caso se trató durante un año y se llevaron a cabo más de cien sesiones en las que se condenó a la guerra en sí y a sus crímenes como algo que nunca debería volver a ocurrir


La sentencia final se realizó a finales de 1946 y tuvo castigos muy diversos. Algunos como Donitz, sucesor de Hitler, fueron condenados a veinte años de prisión, otras condenas iban desde los diez años a la cadena perpetua que le cayó encima a Hess . Sólo unos pocos fueron absueltos y los demás, con Goring de estandarte, condenados a morir ahorcados .

la ejecución se realizó al año siguiente y de la cual su máximo exponente se adelanto a tan vergonzoso final para un líder militar. Goring fue encontrado muerto en su celda después de envenenarse con cianuro, el cual tenía oculto en una falsa prótesis dental

y que le permitió adelantarse al verdugo. Los otros condenados fuero ahorcado y sus cuerpos incinerados.

Un peculiar final corrió Hess. Estuvo desde 1946 a 1987 encerrado en la cárcel de Spandau como único preso. Ni el llamamiento de organizaciones no gubernamentales, ni la petición del mismísimo Juan Pablo II permitieron liberarlo por su muy avanzada edad y el gran deterioro físico y mental que sufría. Un día después de su muerte la cárcel de Spandau cerro sus puertas.

Al final estos juicios sólo sirvieron para condenar a los actores secundarios de una función, de la cual sus grandes estrellas salieron triunfantes y llevándose todos los galones.

1 comentario:

Antonio Arrés López dijo...

Impresionante lo que ocurrió en Nuremberg. 22 hombres en la palestra, pero... ¿Dónde estaban los verdaderos asesinos? ¿De verdad perdió la guerra Adolfo?

Yo creo que solo la perdieron los cuarenta millones de civiles que murieron. Es lo que tienen las guerras.

Enhorabuena por tu espacio, está muy currao y muy interesante.

Te he puesto un link en mi espacio, para que la gente que entre pueda entrar al tuyo también, espero que no te importe.

Un abrazo de Jacques, desde Canadá xD