domingo, 2 de septiembre de 2007

El Ogro Verdiblanco Y Camino a Albacete [Deportes]

Joaquín es feliz. Se lo pasa bien en la capital del Turia y al fin tiene la oportunidad de hacer algo grande y ganar algún que otro título.

Pero su llegada no fue nada fácil, ya hoy hace un año tuvo que lidiar con ese ogro que se erige en gran jefazo del bétis, al cual perteneció Joaquín antes de llegar a la Comunitat.

Cuando todas las radios y televisiones, y en general todo el mundo, daban por hecho el fichaje de la estrella gaditana por el Valencia, el ogro mandamás, resignado por las ansias de salida de su "shico", saco su gran maldad para putear hasta el final la deserción de la estrella bética. Y es que el mismo día del fichaje, el señor Lopera contacto con la directiva de Albacete para mandar en calidad de "CEDIDO" a Joaquín. La llamada telefónica fue tomada al principio por una broma del programa "¡Anda Ya!"(ver los 40), pero al comprobar que la llamada venía de los mismísimos despachos del Villamarín, el Albacete sin pensárselo aceptó la cesión frotándose las manos tras cerrar el acuerdo que traería a la mayor estrella que jamas habría pisado el Belmonte.


Y es que el Vampiro Lopera dispone en los contratos de fichajes, de una cláusula la cual le permite mandar en calidad de cedido a un jugador a cualquier parte del mundo. Cláusula que obliga a firmar a todos los jugadores (Hasta el mismísimo Juanito puede jugar en un equipo de Etiopía).

Joaquín que no sabía nada, fue llamado a la cueva - castillo de Lopera recibiendo la noticia de que era cedido al Albacete y de que tenía que estar en la ciudad manchega antes de las 18:00 del 23 de agosto, bajo registro de notario. En caso de que no estuviera a la hora acordada recibiría una multa de 2 millones de euros.

Mientras Joaquín se daba una paliza en coche, Lopera enviaba el "SI" del bétis para el fichaje por parte del Valencia, con tanta maldad que dicho fax fue enviado varias veces por problemas (falta de la firma de Lopera, faltas de ortografía...) para que así Joaquín llegase a Albacete y no regresase a mitad de camino.
Joaquín cumplió y llego, se hizo fotos en la catedral, en el Carlos Belmonte y con unos obreros que había por ahí, y a la hora de ir a las oficinas del club manchego para firmar su cesión había nuevas órdenes. Debía de volver a Sevilla, para hacer las maletas rumbo a Valencia.

Joaquín se pegó ese día 1000 km pero al fin era libre, eso sí, no sin antes haber sido torturado por el demoniaco señor Lopera.

Sufrimiento y viaje innecesario para un jugador que lo dio todo en Heliópolis.



1 comentario:

almagro dijo...

buena anecdota emerson,xo como bien sabemos nada q ver con las que podrias comentar del inigualable y mitico paul gascoine!! espero q no falten.1 abrazo tio

posdata:suerte en el milan